SOBERANA Y MILITAR ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE JERUSALÉN DE RODAS Y DE MALTA Banner publicitario

Orden de Malta Colombia

DE 1048 A NUESTROS DÍAS

1048 Jerusalén

El nacimiento de la comunidad religiosa de los Hospitalarios de San Juan se remonta al año 1048, en Tierra Santa. Mercaderes de la antigua república marinera de Amalfi obtienen del Califa de Egipto el permiso para construir en Jerusalén una iglesia, un convento y un hospital dedicado a San Juan Bautista para asistir a los peregrinos.

Bajo la dirección del Beato Gerardo, fundador y primer Gran Maestre, la comunidad religiosa se transforma en una orden religiosa laica. Con la bula del 15 de febrero de 1113, el Papa Pascual II reconoce a la Orden de San Juan y la pone bajo la protección de la Santa Sede, concediéndole el derecho de elegir libremente a sus superiores, sin interferencia de otras autoridades laicas o religiosas.

El Beato Frey Raymond du Puy sucede al Beato Frey Gerardo a la cabeza de la Orden, y entre 1145 y 1153 redacta la primera Regla para los miembros de la Orden: todos los hermanos deben ser religiosos, ligados por los tres votos monásticos de pobreza, castidad y obediencia, y dedicarse a la asistencia a los pobres y los enfermos.

La constitución del reino de Jerusalén obliga a la Orden a asumir la defensa militar de los enfermos y los peregrinos, y a proteger sus centros médicos y las principales vías de comunicación. A la misión hospitalaria se suma pues la defensa de la fe. La Orden adopta la cruz octagonal blanca que sigue siendo, hoy en día, su símbolo.

1310 Rodas

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.En 1307, bajo la dirección del Gran Maestre Frey Foulques de Villaret, los Caballeros de la Orden de San Juan llegan con su flota a Rodas. Tras haber completado la adquisición de la isla, en 1310 transfieren allí su sede. Desde aquel momento, la defensa del mundo cristiano exige la organización de una fuerza naval. La Orden forma una potente flota y empieza a surcar el Mediterráneo oriental, defendiendo la Cristiandad en numerosas y célebres batallas.

La independencia de la Orden frente a otros Estados, concedida en virtud de decretos pontificios, junto con el derecho, universalmente reconocido, de mantener y armar fuerzas militares y de nombrar embajadores, constituye la base de la soberanía internacional de la Orden.

A principios del siglo XIV, los caballeros de la aristocracia europea que acuden a Rodas se agrupan según sus distintos idiomas, con, inicialmente, siete grupos de Lenguas: ProvenzaAuverniaFranciaItaliaAragón (Navarra), Inglaterra (con Escocia e Irlanda) y Alemania. En 1462 se constituye la octava Lengua, Castilla y Portugal. Cada Lengua comprende Prioratos o Grandes Prioratos, Bailiajes y Encomiendas.

La Orden está entonces gobernada por el Gran Maestre (Príncipe de Rodas) y por el Consejo, acuña moneda y mantiene relaciones diplomáticas con otros Estados. Los otros cargos de la Orden se atribuyen a los representantes de las diversas Lenguas, y la sede de la Orden, el Convento, está integrada por religiosos de diversas nacionalidades.

Después de seis meses de asedio y de crueles combates con la flota y el ejército del Sultán Solimán el Magnífico, los Caballeros se ven obligados a rendirse en 1523, abandonando la isla de Rodas con honores militares.

1571 La batalla de Lepanto

La flota de la Orden, al mando del almirante Frey Pietro Giustinani, se une a la Liga Santa, constituida por el Papa Pio V para luchar contra el avance del Imperio Otomano. El 7 de octubre de 1571 contribuye a la victoria de las fuerzas cristianas en la batalla de Lepanto, que interrumpe la expansión otomana en Europa.

Durante los siglos XVII y XVIII la Orden, que reina en Malta, es un interlocutor obligado para cualquier Estado que tenga intereses políticos, militares o comerciales en el Mediterráneo. Famosa en toda Europa, la escuela naval de Malta forma a numerosos oficiales franceses y de otras fuerzas navales.

En uno de los momentos más difíciles de su historia, es Rusia quien acude en auxilio de la Orden de San Juan. A pesar de no ser católico y sin cumplir los requisitos legales para asumir el cargo, el zar Pablo I se convierte en Gran Maestre, asegurando así la continuidad de la Orden en uno de los momentos históricos y políticos más dramáticos de su larga existencia.

A la muerte de Pablo I en 1801, su hijo Alejandro no reivindica el cargo de Gran Maestre, que asume el italiano Giovanni Battista Tommasi en 1803.

Siglos XX y XXI

En la segunda mitad del siglo XIX, la misión originaria de asistencia médica y social vuelve a ser el centro de las actividades de la Orden, intensificándose durante el siglo pasado gracias a las iniciativas de los Grandes Prioratos y de las Asociaciones nacionales presentes en numerosos países del mundo. Las actividades hospitalarias y de asistencia se desarrollan a gran escala durante la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, bajo la dirección del Gran Maestre Frey Ludovico Chigi Albani della Rovere (1931-1951). Durante los mandatos de los Grandes Maestres Frey Angelo de Mojana di Cologna (1962-1988) y Frey Andrew Bertie (1988-2008), los proyectos se intensifican aún más, hasta llegar a las regiones más remotas del planeta.

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